Había una vez un astronauta llamado Rubén acompañado por su primo Mangel, Mangel era bizco y no hablaba muy bien. Un día les dijeron que tenían que destruir un meteorito que iba a impactar en el Océano Pacifico e iba a dejar casi todo el mundo inundado, ellos dijeron que no ya que vivían en la cima de una montaña donde no llegaba el agua y además la mujer de Rubén estaba embarazada.
Pero el oficial no encontraba a ningún otro astronauta de la zona que se animara, ellos eran los más valientes.
Finalmente la mujer los logro convencer diciéndole que su sueño era recorrer todo el mundo.
-Adiós querida si no vuelvo dile a mi hijo que lo amo y que fui un héroe- Exclamo Rubén llorando.
-Adiós Laula yo también te estañare-dijo Mangel.
-Adiós chicos cuídense mucho-dijo Laura tratándolos como si fuesen niños.
Después de todo ellos volaron hacia el espacio con la nave y el misil en ella, solo tenían uno porque eran muy pesados y no podían con cargarlos. Al estar frente al meteorito gigante ellos dispararon el misil y el meteorito explotó, pero pequeños fragmentos entraron en la tierra.
Luego vieron que un pedazo más grande del meteorito estaba por entrar en la tierra pero ellos lo chocaron sacrificando sus vidas para así alejarlos.
Su hijo fue llamado Papadopoulos ya que ese nombre fue asignado por su padre antes de partir. Papadopoulos quiso seguir el camino del padre convirtiéndose en un gaitero profesional ya que era el sueño de Rubén.
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